culturales
miércoles, 19 de febrero de 2014
La etapa aborigen de
Colombia siguió un proceso de formación similar al de otras culturas, pasando
por varias fases. Al llegar los conquistadores europeos, encontraron culturas
indígenas avanzadas y grupos aislados con elementales sistemas agrarios, alimentándose
básicamente de la caza y la pesca.
1.ETAPA PALEOINDIA
Se ubica entre el 15.000 y el 7000 a. de C. Hallazgos arqueológicos en la región de El Abra, cerca a Zipaquirá, y en la hacienda del Tequendama, junto a la región del mismo nombre, muestran artefactos líticos, restos humanos y herramientas elaboradas en hueso y cuerno, como lascas, raspadores, raederas, núcleos y denticulados, lo que manifiesta vestigios de grupos de cazadores y recolectores que se alimentaban no sólo de pequeños mamíferos, sino también de frutos y raíces.
Se ubica entre el 15.000 y el 7000 a. de C. Hallazgos arqueológicos en la región de El Abra, cerca a Zipaquirá, y en la hacienda del Tequendama, junto a la región del mismo nombre, muestran artefactos líticos, restos humanos y herramientas elaboradas en hueso y cuerno, como lascas, raspadores, raederas, núcleos y denticulados, lo que manifiesta vestigios de grupos de cazadores y recolectores que se alimentaban no sólo de pequeños mamíferos, sino también de frutos y raíces.
2.ETAPA ARCAICA
Va del 7000 al 1200 a. de C. Esta etapa se caracteriza por una agricultura incipiente. El principal yacimiento se encontró en Puerta Hormiga, costa del Atlántico, donde cerámicas, conchas, material lítico y fogones, reflejan que hubo grupos humanos recolectores de moluscos y cazadores que iniciaron los primeros hábitos sedentarios y una horticultura primaria. La cerámica de Puerto Hormiga es la más antigua de América.
Va del 7000 al 1200 a. de C. Esta etapa se caracteriza por una agricultura incipiente. El principal yacimiento se encontró en Puerta Hormiga, costa del Atlántico, donde cerámicas, conchas, material lítico y fogones, reflejan que hubo grupos humanos recolectores de moluscos y cazadores que iniciaron los primeros hábitos sedentarios y una horticultura primaria. La cerámica de Puerto Hormiga es la más antigua de América.
3.FORMATIVA
Tuvo tres fases: Temprana, Media y Superior. Se extendió del 1200 a. de C., al siglo XVI, hasta la llegada de los españoles. El Formativo Temprano se caracterizó por los clanes de horticultores, la cultura de Momil y el inicio de la cultura de San Agustín.
El Formativo Medio se distinguió en su orden económico por una agricultura más tecnificada, en la cual además de1 maíz se cultivaba yuca, papa, fríjol y cacao; aunque continuaba siendo una economía de subsistencia sin excedentes de producción. En el orden social se dieron los primeros cacicazgos, que son grupos conformados por varias aldeas, y los núcleos, habitaciones con viviendas sobre terrazas. En este periodo se perfeccionaron las manifestaciones artísticas: cerámica figurativa y técnicas perfectas en orfebrería. Florecieron las culturas de San Agustín, Tierra- dentro, calima, quimbaya, sinú y tumaco.
En el Formativo Tardío o Superior, hubo una agricultura avanzada con técnicas desarrolladas, como la irrigación y conducción de agua. Surgió una estratificación social y un avanzado sistema político-administrativo. Los cultos funerarios revelan una intensa vida religiosa. Las culturas representativas de este período fueron la Tayrona y la Muisca. La conquista española interrumpió el proceso cultural de estos grupos.
Tuvo tres fases: Temprana, Media y Superior. Se extendió del 1200 a. de C., al siglo XVI, hasta la llegada de los españoles. El Formativo Temprano se caracterizó por los clanes de horticultores, la cultura de Momil y el inicio de la cultura de San Agustín.
El Formativo Medio se distinguió en su orden económico por una agricultura más tecnificada, en la cual además de1 maíz se cultivaba yuca, papa, fríjol y cacao; aunque continuaba siendo una economía de subsistencia sin excedentes de producción. En el orden social se dieron los primeros cacicazgos, que son grupos conformados por varias aldeas, y los núcleos, habitaciones con viviendas sobre terrazas. En este periodo se perfeccionaron las manifestaciones artísticas: cerámica figurativa y técnicas perfectas en orfebrería. Florecieron las culturas de San Agustín, Tierra- dentro, calima, quimbaya, sinú y tumaco.
En el Formativo Tardío o Superior, hubo una agricultura avanzada con técnicas desarrolladas, como la irrigación y conducción de agua. Surgió una estratificación social y un avanzado sistema político-administrativo. Los cultos funerarios revelan una intensa vida religiosa. Las culturas representativas de este período fueron la Tayrona y la Muisca. La conquista española interrumpió el proceso cultural de estos grupos.
Cuando los
conquistadores llegaron al Nuevo Mundo encontraron las tierras habitadas por
numerosas tribus indígenas, de diferentes familias, con diversas religiones,
idioma y costumbres.
Para los estudios
sobre las tribus indígenas, los historiadores e investigadores se han basado
principalmente en el aspecto lingüístico. Estos estudios han llevado a
clasificar las tribus en tres grandes familias: Familia CHIBCHA, CARIBE y
ARAWAK. El referirse a familias significa que se habla de grupos pertenecientes
a una misma comunidad lingüística, en los cuales puede haber diferentes
dialectos y lenguas, pero con una base en común.
LA SOCIEDAD

La sociedad Chibcha tenía como base las familias agrupadas en clanes; varios clanes formaban una tribu y el conjunto de tribus se denominaba confederación. Las dos confederaciones principales eran las de Bacatá o Bogotá y Hunsa o Tunja. Los fundadores fueron el zipa Saguanmachica de la primera y el zaque Michua de la segunda.
La sucesión del gobierno se hacía por la línea materna de manera que el nuevo soberano debía ser el hijo mayor de la hermana de la esposa preferida del jefe o el primogénito de su hermana. De aquí se deriva la importancia que para ellos tenía la mujer, hasta el punto de concluir que el régimen imperante era el del matriarcado. Aunque en las clases superiores el padre era señor absoluto (patriarcado) también la sucesión se realizaba por la línea femenina, como se dijo anteriormente.
LA VIVIENDA
Los Chibchas no tuvieron construcciones monumentales. Tanto templos como habitaciones eran construidos de madera, bahareque, bejucos y paja, sin contar para nada con la piedra o el ladrillo. Las casas eran de forma cuadrada y redonda, cercadas artísticamente. Remataban en techo cónico y contaban con puertas y ventanas pequeñas.
Los zipas y los zaques construían viviendas más cómodas y vistosas. En los huecos destinados a sostener la edificación introducían bellas doncellas vivas y descargaban sobre ellas los pesados pilares que las trituraban espantosamente.
De las paredes y los cercados colgaban laminillas de oro que con el viento producían un fino timbre y en los pisos colocaban hermosas alfombras de paja o esparto.

1.
LAS LEYES
El pueblo Chibcha se movía dentro de una especie de monarquía férrea e implacable. Al zaque de Tunja no podía mirársele a la cara, a riesgos de sufrir tormentos. De su voluntad despótica dependían vidas, bienes y honor de sus subordinados. Suyo era el territorio, la fecundidad de las tierras y el trabajo de los hombres. Las leyes eran cortantes: el cacique de Guatavita aplicaba la pena de muerte a los asesinos, los ladrones, los perjuros, los ociosos y al soldado cobarde lo obligaba a vestir de mujer y a dedicarse a oficios propios de su sexo.
Existía el derecho de propiedad privada y los bienes pasaban a los hijos y a las esposas, a excepción de los objetos de uso personal que eran enterrados con el cadáver del propietario.
Uno de los zipas llamado Nemequene reinó siglos antes del descubrimiento y a él se atribuye un código o conjunto de leyes que los indios cumplían fielmente. El robo, la infidelidad y la mentira eran sancionados ejemplarmente.
2.
LA GUERRA
Los Chibchas no eran
por naturaleza belicosos. Pero una vez forzados a la guerra se mostraban
sanguinarios y no concedían perdón a ningún contrario que cayese en sus manos.
Las luchas más frecuentes eran entre el zipa y el zaque, permanentes enemigos.
Los ejércitos iban al campo de batalla lujosamente adornados y como armas
usaban espadas de macana, varas puntiagudas, dardos, hondas, hachas y tiraderas
para disparar flechas. Se acompañaban de músicos que con instrumentos
especiales producían un ruido ensordecedor parecido al trueno.
3.
CREENCIAS Y COSTUMBRES
Para sus adoratorios se dirigían a las lagunas, allí encontraron el
centro de su credo. Al sonido de alegres músicas danzaban a sus orillas,
extendían los brazos, los levantaban, se postraban en devota actitud. Allí
ofrecían a sus deidades suntuosas ofrendas de esmeraldas, de objetos de oro y
de barro. Los momentos cumbres de su vida transcurrían ante ellas: el ruego por
la buena suerte de los recién nacidos, la entrada a la pubertad, los enlaces
matrimoniales. Un sacerdote o jaque, un cacique, antes de entrar en ejercicio
de sus funciones, debían purificarse en sus aguas y no faltaban las personas
que disponían como acto supremo que sus cuerpos, al morir, reposaran en el
fondo.
El culto de los
muertos tenía características especiales: si el hombre estaba formado de una
parte corruptible y otra inmortal, ésta emprendía un viaje larguísimo. De aquí
la costumbre de rodear los cadáveres de ollas con alimentos, de chicha, mantas
y objetos de oro según se desprende del hallazgo de tumbas o guacas, ricas o
pobres según las condiciones económicas del difunto. Dominaban el arte de
embalsamar hasta el punto de que hoy se conservan en museos, como el Nacional
de Bogotá, momias en impresionante estado de conservación. Conjuntamente con
los caciques eran sepultados sus esclavos preferidos y sus mujeres Los
sacerdotes o jeques eran llevados a lugares secretos que nadie podía revelar.
Al pie de la sepulturas se entonaban cánticos y se bebía chicha por espacio de
varios días.
El entierro del zipa colocado en un asiento forrado de oro adornado magníficamente, constituía un hecho soberbio.
La muerte era para los Chibchas pensamiento obsesionante y la simbolizaban en una figura que llevaba en las manos una red dispuesta a aprisionar a quien escogiese.
El código de Nemequene y las enseñanzas de Bochica y de Nemqueteba formaron a la comunidad y la condujeron conforme a altos principios. La familia estaba integrada por el padre, la madre y los hijos. El matrimonio se efectuaba por compra: el pretendiente ofrecía por su compañera un bulto de maíz, un venado u otras especies, según su condición. Entre los jefes existía la poligamia o unión con varias mujeres. Mientras el varón se dedicaba a la agricultura, la minería, la caza, la pesca, etc., la mujer preparaba los alimentos, tejía, cuidaba los niños, fabricaba la chicha.
Desde niños los Chibchas eran formados en la escuela del trabajo que los hacía físicamente fuertes, hábiles para los menesteres de la agricultura, la caza, la minería y la guerra. No asistían a centros especiales sino que todo lo aprendían al lado de los adultos.
El entierro del zipa colocado en un asiento forrado de oro adornado magníficamente, constituía un hecho soberbio.
La muerte era para los Chibchas pensamiento obsesionante y la simbolizaban en una figura que llevaba en las manos una red dispuesta a aprisionar a quien escogiese.
El código de Nemequene y las enseñanzas de Bochica y de Nemqueteba formaron a la comunidad y la condujeron conforme a altos principios. La familia estaba integrada por el padre, la madre y los hijos. El matrimonio se efectuaba por compra: el pretendiente ofrecía por su compañera un bulto de maíz, un venado u otras especies, según su condición. Entre los jefes existía la poligamia o unión con varias mujeres. Mientras el varón se dedicaba a la agricultura, la minería, la caza, la pesca, etc., la mujer preparaba los alimentos, tejía, cuidaba los niños, fabricaba la chicha.
Desde niños los Chibchas eran formados en la escuela del trabajo que los hacía físicamente fuertes, hábiles para los menesteres de la agricultura, la caza, la minería y la guerra. No asistían a centros especiales sino que todo lo aprendían al lado de los adultos.
1. TEMPLOS

No tuvieron los
Chibchas una noción monumental, sólida, de la arquitectura.Figura como
excepción el templo de Sugamuxi, del cual los cronistas ponderan la elegancia
del conjunto, la distribución y el lujo. Los palacios eran de numerosos
aposentos, de amplios patios y cercados de gruesos maderos. Solían pintarse de
rojo y adornarse con deslumbrantes láminas de oro. Los señores que los habitaban
hacían gala de un lujo increíble y acumulaban tesoros cuantiosos. En las
fiestas lucían zarcillos, brazaletes, gargantillas, cascos, pecheras,
cinturones, mantos, cetros, coronas empedradas de esmeraldas.
1.FIESTAS

Los Chibchas fueron
esencialmente personas religiosas, es lógico deducir que las festividades y
peregrinaciones fuesen muy frecuentes y aparatosas. El sol y la luna eran
protectores de la agricultura, actividad básica y a ellos estaban destinados
los ritos más solemnes y los tributos máximos. En su calidad de politeístas
(creyentes en numerosos dioses), contaron con uno para cada quehacer: dios de
los orfebres, de los comerciantes, de los tejedores, de los cortadores de
madera, de la embriaguez, de los hombres corredores, de las siembras y las
cosechas, etc.
Las ceremonias revestían a veces caracteres de inaudita crueldad: criaban jóvenes llamadas mojas para sacrificarlas en honor al sol y embadurnar las piedras con su sangre para que el homenajeado la bebiera. Otra ceremonia cruel fue las niñas trituradas por los pilares de las casas de los señores principales.
Las festividades profanas consistían en danzas acompañadas de cantos, música y abundantes libaciones de chicha. El deporte favorito fue sin duda el de las carreras de competencia.
Las ceremonias revestían a veces caracteres de inaudita crueldad: criaban jóvenes llamadas mojas para sacrificarlas en honor al sol y embadurnar las piedras con su sangre para que el homenajeado la bebiera. Otra ceremonia cruel fue las niñas trituradas por los pilares de las casas de los señores principales.
Las festividades profanas consistían en danzas acompañadas de cantos, música y abundantes libaciones de chicha. El deporte favorito fue sin duda el de las carreras de competencia.
1.ETAPA PALEOINDIA
Se ubica entre el 15.000 y el 7000 a. de C. Hallazgos arqueológicos en la región de El Abra, cerca a Zipaquirá, y en la hacienda del Tequendama, junto a la región del mismo nombre, muestran artefactos líticos, restos humanos y herramientas elaboradas en hueso y cuerno, como lascas, raspadores, raederas, núcleos y denticulados, lo que manifiesta vestigios de grupos de cazadores y recolectores que se alimentaban no sólo de pequeños mamíferos, sino también de frutos y raíces.
Se ubica entre el 15.000 y el 7000 a. de C. Hallazgos arqueológicos en la región de El Abra, cerca a Zipaquirá, y en la hacienda del Tequendama, junto a la región del mismo nombre, muestran artefactos líticos, restos humanos y herramientas elaboradas en hueso y cuerno, como lascas, raspadores, raederas, núcleos y denticulados, lo que manifiesta vestigios de grupos de cazadores y recolectores que se alimentaban no sólo de pequeños mamíferos, sino también de frutos y raíces.
2.ETAPA ARCAICA
Va del 7000 al 1200 a. de C. Esta etapa se caracteriza por una agricultura incipiente. El principal yacimiento se encontró en Puerta Hormiga, costa del Atlántico, donde cerámicas, conchas, material lítico y fogones, reflejan que hubo grupos humanos recolectores de moluscos y cazadores que iniciaron los primeros hábitos sedentarios y una horticultura primaria. La cerámica de Puerto Hormiga es la más antigua de América.
Va del 7000 al 1200 a. de C. Esta etapa se caracteriza por una agricultura incipiente. El principal yacimiento se encontró en Puerta Hormiga, costa del Atlántico, donde cerámicas, conchas, material lítico y fogones, reflejan que hubo grupos humanos recolectores de moluscos y cazadores que iniciaron los primeros hábitos sedentarios y una horticultura primaria. La cerámica de Puerto Hormiga es la más antigua de América.
3.FORMATIVA
Tuvo tres fases: Temprana, Media y Superior. Se extendió del 1200 a. de C., al siglo XVI, hasta la llegada de los españoles. El Formativo Temprano se caracterizó por los clanes de horticultores, la cultura de Momil y el inicio de la cultura de San Agustín.
El Formativo Medio se distinguió en su orden económico por una agricultura más tecnificada, en la cual además de1 maíz se cultivaba yuca, papa, fríjol y cacao; aunque continuaba siendo una economía de subsistencia sin excedentes de producción. En el orden social se dieron los primeros cacicazgos, que son grupos conformados por varias aldeas, y los núcleos, habitaciones con viviendas sobre terrazas. En este periodo se perfeccionaron las manifestaciones artísticas: cerámica figurativa y técnicas perfectas en orfebrería. Florecieron las culturas de San Agustín, Tierra- dentro, calima, quimbaya, sinú y tumaco.
En el Formativo Tardío o Superior, hubo una agricultura avanzada con técnicas desarrolladas, como la irrigación y conducción de agua. Surgió una estratificación social y un avanzado sistema político-administrativo. Los cultos funerarios revelan una intensa vida religiosa. Las culturas representativas de este período fueron la Tayrona y la Muisca. La conquista española interrumpió el proceso cultural de estos grupos.
Tuvo tres fases: Temprana, Media y Superior. Se extendió del 1200 a. de C., al siglo XVI, hasta la llegada de los españoles. El Formativo Temprano se caracterizó por los clanes de horticultores, la cultura de Momil y el inicio de la cultura de San Agustín.
El Formativo Medio se distinguió en su orden económico por una agricultura más tecnificada, en la cual además de1 maíz se cultivaba yuca, papa, fríjol y cacao; aunque continuaba siendo una economía de subsistencia sin excedentes de producción. En el orden social se dieron los primeros cacicazgos, que son grupos conformados por varias aldeas, y los núcleos, habitaciones con viviendas sobre terrazas. En este periodo se perfeccionaron las manifestaciones artísticas: cerámica figurativa y técnicas perfectas en orfebrería. Florecieron las culturas de San Agustín, Tierra- dentro, calima, quimbaya, sinú y tumaco.
En el Formativo Tardío o Superior, hubo una agricultura avanzada con técnicas desarrolladas, como la irrigación y conducción de agua. Surgió una estratificación social y un avanzado sistema político-administrativo. Los cultos funerarios revelan una intensa vida religiosa. Las culturas representativas de este período fueron la Tayrona y la Muisca. La conquista española interrumpió el proceso cultural de estos grupos.
Cuando los
conquistadores llegaron al Nuevo Mundo encontraron las tierras habitadas por
numerosas tribus indígenas, de diferentes familias, con diversas religiones,
idioma y costumbres.
Para los estudios
sobre las tribus indígenas, los historiadores e investigadores se han basado
principalmente en el aspecto lingüístico. Estos estudios han llevado a
clasificar las tribus en tres grandes familias: Familia CHIBCHA, CARIBE y
ARAWAK. El referirse a familias significa que se habla de grupos pertenecientes
a una misma comunidad lingüística, en los cuales puede haber diferentes
dialectos y lenguas, pero con una base en común.
LA SOCIEDAD

La sociedad Chibcha tenía como base las familias agrupadas en clanes; varios clanes formaban una tribu y el conjunto de tribus se denominaba confederación. Las dos confederaciones principales eran las de Bacatá o Bogotá y Hunsa o Tunja. Los fundadores fueron el zipa Saguanmachica de la primera y el zaque Michua de la segunda.
La sucesión del gobierno se hacía por la línea materna de manera que el nuevo soberano debía ser el hijo mayor de la hermana de la esposa preferida del jefe o el primogénito de su hermana. De aquí se deriva la importancia que para ellos tenía la mujer, hasta el punto de concluir que el régimen imperante era el del matriarcado. Aunque en las clases superiores el padre era señor absoluto (patriarcado) también la sucesión se realizaba por la línea femenina, como se dijo anteriormente.
LA VIVIENDA
Los Chibchas no tuvieron construcciones monumentales. Tanto templos como habitaciones eran construidos de madera, bahareque, bejucos y paja, sin contar para nada con la piedra o el ladrillo. Las casas eran de forma cuadrada y redonda, cercadas artísticamente. Remataban en techo cónico y contaban con puertas y ventanas pequeñas.
Los zipas y los zaques construían viviendas más cómodas y vistosas. En los huecos destinados a sostener la edificación introducían bellas doncellas vivas y descargaban sobre ellas los pesados pilares que las trituraban espantosamente.
De las paredes y los cercados colgaban laminillas de oro que con el viento producían un fino timbre y en los pisos colocaban hermosas alfombras de paja o esparto.

1.
LAS LEYES
El pueblo Chibcha se movía dentro de una especie de monarquía férrea e implacable. Al zaque de Tunja no podía mirársele a la cara, a riesgos de sufrir tormentos. De su voluntad despótica dependían vidas, bienes y honor de sus subordinados. Suyo era el territorio, la fecundidad de las tierras y el trabajo de los hombres. Las leyes eran cortantes: el cacique de Guatavita aplicaba la pena de muerte a los asesinos, los ladrones, los perjuros, los ociosos y al soldado cobarde lo obligaba a vestir de mujer y a dedicarse a oficios propios de su sexo.
Existía el derecho de propiedad privada y los bienes pasaban a los hijos y a las esposas, a excepción de los objetos de uso personal que eran enterrados con el cadáver del propietario.
Uno de los zipas llamado Nemequene reinó siglos antes del descubrimiento y a él se atribuye un código o conjunto de leyes que los indios cumplían fielmente. El robo, la infidelidad y la mentira eran sancionados ejemplarmente.
2.
LA GUERRA
Los Chibchas no eran
por naturaleza belicosos. Pero una vez forzados a la guerra se mostraban
sanguinarios y no concedían perdón a ningún contrario que cayese en sus manos.
Las luchas más frecuentes eran entre el zipa y el zaque, permanentes enemigos.
Los ejércitos iban al campo de batalla lujosamente adornados y como armas
usaban espadas de macana, varas puntiagudas, dardos, hondas, hachas y tiraderas
para disparar flechas. Se acompañaban de músicos que con instrumentos
especiales producían un ruido ensordecedor parecido al trueno.
3.
CREENCIAS Y COSTUMBRES
Para sus adoratorios se dirigían a las lagunas, allí encontraron el
centro de su credo. Al sonido de alegres músicas danzaban a sus orillas,
extendían los brazos, los levantaban, se postraban en devota actitud. Allí
ofrecían a sus deidades suntuosas ofrendas de esmeraldas, de objetos de oro y
de barro. Los momentos cumbres de su vida transcurrían ante ellas: el ruego por
la buena suerte de los recién nacidos, la entrada a la pubertad, los enlaces
matrimoniales. Un sacerdote o jaque, un cacique, antes de entrar en ejercicio
de sus funciones, debían purificarse en sus aguas y no faltaban las personas
que disponían como acto supremo que sus cuerpos, al morir, reposaran en el
fondo.
El culto de los
muertos tenía características especiales: si el hombre estaba formado de una
parte corruptible y otra inmortal, ésta emprendía un viaje larguísimo. De aquí
la costumbre de rodear los cadáveres de ollas con alimentos, de chicha, mantas
y objetos de oro según se desprende del hallazgo de tumbas o guacas, ricas o
pobres según las condiciones económicas del difunto. Dominaban el arte de
embalsamar hasta el punto de que hoy se conservan en museos, como el Nacional
de Bogotá, momias en impresionante estado de conservación. Conjuntamente con
los caciques eran sepultados sus esclavos preferidos y sus mujeres Los
sacerdotes o jeques eran llevados a lugares secretos que nadie podía revelar.
Al pie de la sepulturas se entonaban cánticos y se bebía chicha por espacio de
varios días.
El entierro del zipa colocado en un asiento forrado de oro adornado magníficamente, constituía un hecho soberbio.
La muerte era para los Chibchas pensamiento obsesionante y la simbolizaban en una figura que llevaba en las manos una red dispuesta a aprisionar a quien escogiese.
El código de Nemequene y las enseñanzas de Bochica y de Nemqueteba formaron a la comunidad y la condujeron conforme a altos principios. La familia estaba integrada por el padre, la madre y los hijos. El matrimonio se efectuaba por compra: el pretendiente ofrecía por su compañera un bulto de maíz, un venado u otras especies, según su condición. Entre los jefes existía la poligamia o unión con varias mujeres. Mientras el varón se dedicaba a la agricultura, la minería, la caza, la pesca, etc., la mujer preparaba los alimentos, tejía, cuidaba los niños, fabricaba la chicha.
Desde niños los Chibchas eran formados en la escuela del trabajo que los hacía físicamente fuertes, hábiles para los menesteres de la agricultura, la caza, la minería y la guerra. No asistían a centros especiales sino que todo lo aprendían al lado de los adultos.
El entierro del zipa colocado en un asiento forrado de oro adornado magníficamente, constituía un hecho soberbio.
La muerte era para los Chibchas pensamiento obsesionante y la simbolizaban en una figura que llevaba en las manos una red dispuesta a aprisionar a quien escogiese.
El código de Nemequene y las enseñanzas de Bochica y de Nemqueteba formaron a la comunidad y la condujeron conforme a altos principios. La familia estaba integrada por el padre, la madre y los hijos. El matrimonio se efectuaba por compra: el pretendiente ofrecía por su compañera un bulto de maíz, un venado u otras especies, según su condición. Entre los jefes existía la poligamia o unión con varias mujeres. Mientras el varón se dedicaba a la agricultura, la minería, la caza, la pesca, etc., la mujer preparaba los alimentos, tejía, cuidaba los niños, fabricaba la chicha.
Desde niños los Chibchas eran formados en la escuela del trabajo que los hacía físicamente fuertes, hábiles para los menesteres de la agricultura, la caza, la minería y la guerra. No asistían a centros especiales sino que todo lo aprendían al lado de los adultos.
1. TEMPLOS

No tuvieron los
Chibchas una noción monumental, sólida, de la arquitectura.Figura como
excepción el templo de Sugamuxi, del cual los cronistas ponderan la elegancia
del conjunto, la distribución y el lujo. Los palacios eran de numerosos
aposentos, de amplios patios y cercados de gruesos maderos. Solían pintarse de
rojo y adornarse con deslumbrantes láminas de oro. Los señores que los habitaban
hacían gala de un lujo increíble y acumulaban tesoros cuantiosos. En las
fiestas lucían zarcillos, brazaletes, gargantillas, cascos, pecheras,
cinturones, mantos, cetros, coronas empedradas de esmeraldas.
1.FIESTAS

Los Chibchas fueron
esencialmente personas religiosas, es lógico deducir que las festividades y
peregrinaciones fuesen muy frecuentes y aparatosas. El sol y la luna eran
protectores de la agricultura, actividad básica y a ellos estaban destinados
los ritos más solemnes y los tributos máximos. En su calidad de politeístas
(creyentes en numerosos dioses), contaron con uno para cada quehacer: dios de
los orfebres, de los comerciantes, de los tejedores, de los cortadores de
madera, de la embriaguez, de los hombres corredores, de las siembras y las
cosechas, etc.
Las ceremonias revestían a veces caracteres de inaudita crueldad: criaban jóvenes llamadas mojas para sacrificarlas en honor al sol y embadurnar las piedras con su sangre para que el homenajeado la bebiera. Otra ceremonia cruel fue las niñas trituradas por los pilares de las casas de los señores principales.
Las festividades profanas consistían en danzas acompañadas de cantos, música y abundantes libaciones de chicha. El deporte favorito fue sin duda el de las carreras de competencia.
Las ceremonias revestían a veces caracteres de inaudita crueldad: criaban jóvenes llamadas mojas para sacrificarlas en honor al sol y embadurnar las piedras con su sangre para que el homenajeado la bebiera. Otra ceremonia cruel fue las niñas trituradas por los pilares de las casas de los señores principales.
Las festividades profanas consistían en danzas acompañadas de cantos, música y abundantes libaciones de chicha. El deporte favorito fue sin duda el de las carreras de competencia.
1.ETAPA PALEOINDIA
Se ubica entre el 15.000 y el 7000 a. de C. Hallazgos arqueológicos en la región de El Abra, cerca a Zipaquirá, y en la hacienda del Tequendama, junto a la región del mismo nombre, muestran artefactos líticos, restos humanos y herramientas elaboradas en hueso y cuerno, como lascas, raspadores, raederas, núcleos y denticulados, lo que manifiesta vestigios de grupos de cazadores y recolectores que se alimentaban no sólo de pequeños mamíferos, sino también de frutos y raíces.
Se ubica entre el 15.000 y el 7000 a. de C. Hallazgos arqueológicos en la región de El Abra, cerca a Zipaquirá, y en la hacienda del Tequendama, junto a la región del mismo nombre, muestran artefactos líticos, restos humanos y herramientas elaboradas en hueso y cuerno, como lascas, raspadores, raederas, núcleos y denticulados, lo que manifiesta vestigios de grupos de cazadores y recolectores que se alimentaban no sólo de pequeños mamíferos, sino también de frutos y raíces.
2.ETAPA ARCAICA
Va del 7000 al 1200 a. de C. Esta etapa se caracteriza por una agricultura incipiente. El principal yacimiento se encontró en Puerta Hormiga, costa del Atlántico, donde cerámicas, conchas, material lítico y fogones, reflejan que hubo grupos humanos recolectores de moluscos y cazadores que iniciaron los primeros hábitos sedentarios y una horticultura primaria. La cerámica de Puerto Hormiga es la más antigua de América.
Va del 7000 al 1200 a. de C. Esta etapa se caracteriza por una agricultura incipiente. El principal yacimiento se encontró en Puerta Hormiga, costa del Atlántico, donde cerámicas, conchas, material lítico y fogones, reflejan que hubo grupos humanos recolectores de moluscos y cazadores que iniciaron los primeros hábitos sedentarios y una horticultura primaria. La cerámica de Puerto Hormiga es la más antigua de América.
3.FORMATIVA
Tuvo tres fases: Temprana, Media y Superior. Se extendió del 1200 a. de C., al siglo XVI, hasta la llegada de los españoles. El Formativo Temprano se caracterizó por los clanes de horticultores, la cultura de Momil y el inicio de la cultura de San Agustín.
El Formativo Medio se distinguió en su orden económico por una agricultura más tecnificada, en la cual además de1 maíz se cultivaba yuca, papa, fríjol y cacao; aunque continuaba siendo una economía de subsistencia sin excedentes de producción. En el orden social se dieron los primeros cacicazgos, que son grupos conformados por varias aldeas, y los núcleos, habitaciones con viviendas sobre terrazas. En este periodo se perfeccionaron las manifestaciones artísticas: cerámica figurativa y técnicas perfectas en orfebrería. Florecieron las culturas de San Agustín, Tierra- dentro, calima, quimbaya, sinú y tumaco.
En el Formativo Tardío o Superior, hubo una agricultura avanzada con técnicas desarrolladas, como la irrigación y conducción de agua. Surgió una estratificación social y un avanzado sistema político-administrativo. Los cultos funerarios revelan una intensa vida religiosa. Las culturas representativas de este período fueron la Tayrona y la Muisca. La conquista española interrumpió el proceso cultural de estos grupos.
Tuvo tres fases: Temprana, Media y Superior. Se extendió del 1200 a. de C., al siglo XVI, hasta la llegada de los españoles. El Formativo Temprano se caracterizó por los clanes de horticultores, la cultura de Momil y el inicio de la cultura de San Agustín.
El Formativo Medio se distinguió en su orden económico por una agricultura más tecnificada, en la cual además de1 maíz se cultivaba yuca, papa, fríjol y cacao; aunque continuaba siendo una economía de subsistencia sin excedentes de producción. En el orden social se dieron los primeros cacicazgos, que son grupos conformados por varias aldeas, y los núcleos, habitaciones con viviendas sobre terrazas. En este periodo se perfeccionaron las manifestaciones artísticas: cerámica figurativa y técnicas perfectas en orfebrería. Florecieron las culturas de San Agustín, Tierra- dentro, calima, quimbaya, sinú y tumaco.
En el Formativo Tardío o Superior, hubo una agricultura avanzada con técnicas desarrolladas, como la irrigación y conducción de agua. Surgió una estratificación social y un avanzado sistema político-administrativo. Los cultos funerarios revelan una intensa vida religiosa. Las culturas representativas de este período fueron la Tayrona y la Muisca. La conquista española interrumpió el proceso cultural de estos grupos.
Cuando los
conquistadores llegaron al Nuevo Mundo encontraron las tierras habitadas por
numerosas tribus indígenas, de diferentes familias, con diversas religiones,
idioma y costumbres.
Para los estudios
sobre las tribus indígenas, los historiadores e investigadores se han basado
principalmente en el aspecto lingüístico. Estos estudios han llevado a
clasificar las tribus en tres grandes familias: Familia CHIBCHA, CARIBE y
ARAWAK. El referirse a familias significa que se habla de grupos pertenecientes
a una misma comunidad lingüística, en los cuales puede haber diferentes
dialectos y lenguas, pero con una base en común.
LA SOCIEDAD
La sociedad Chibcha tenía como base las familias agrupadas en clanes; varios clanes formaban una tribu y el conjunto de tribus se denominaba confederación. Las dos confederaciones principales eran las de Bacatá o Bogotá y Hunsa o Tunja. Los fundadores fueron el zipa Saguanmachica de la primera y el zaque Michua de la segunda.
La sucesión del gobierno se hacía por la línea materna de manera que el nuevo soberano debía ser el hijo mayor de la hermana de la esposa preferida del jefe o el primogénito de su hermana. De aquí se deriva la importancia que para ellos tenía la mujer, hasta el punto de concluir que el régimen imperante era el del matriarcado. Aunque en las clases superiores el padre era señor absoluto (patriarcado) también la sucesión se realizaba por la línea femenina, como se dijo anteriormente.
LA VIVIENDA
Los Chibchas no tuvieron construcciones monumentales. Tanto templos como habitaciones eran construidos de madera, bahareque, bejucos y paja, sin contar para nada con la piedra o el ladrillo. Las casas eran de forma cuadrada y redonda, cercadas artísticamente. Remataban en techo cónico y contaban con puertas y ventanas pequeñas.
Los zipas y los zaques construían viviendas más cómodas y vistosas. En los huecos destinados a sostener la edificación introducían bellas doncellas vivas y descargaban sobre ellas los pesados pilares que las trituraban espantosamente.
De las paredes y los cercados colgaban laminillas de oro que con el viento producían un fino timbre y en los pisos colocaban hermosas alfombras de paja o esparto.
1.
LAS LEYES
El pueblo Chibcha se movía dentro de una especie de monarquía férrea e implacable. Al zaque de Tunja no podía mirársele a la cara, a riesgos de sufrir tormentos. De su voluntad despótica dependían vidas, bienes y honor de sus subordinados. Suyo era el territorio, la fecundidad de las tierras y el trabajo de los hombres. Las leyes eran cortantes: el cacique de Guatavita aplicaba la pena de muerte a los asesinos, los ladrones, los perjuros, los ociosos y al soldado cobarde lo obligaba a vestir de mujer y a dedicarse a oficios propios de su sexo.
Existía el derecho de propiedad privada y los bienes pasaban a los hijos y a las esposas, a excepción de los objetos de uso personal que eran enterrados con el cadáver del propietario.
Uno de los zipas llamado Nemequene reinó siglos antes del descubrimiento y a él se atribuye un código o conjunto de leyes que los indios cumplían fielmente. El robo, la infidelidad y la mentira eran sancionados ejemplarmente.
2.
LA GUERRA
Los Chibchas no eran
por naturaleza belicosos. Pero una vez forzados a la guerra se mostraban
sanguinarios y no concedían perdón a ningún contrario que cayese en sus manos.
Las luchas más frecuentes eran entre el zipa y el zaque, permanentes enemigos.
Los ejércitos iban al campo de batalla lujosamente adornados y como armas
usaban espadas de macana, varas puntiagudas, dardos, hondas, hachas y tiraderas
para disparar flechas. Se acompañaban de músicos que con instrumentos
especiales producían un ruido ensordecedor parecido al trueno.
3.
CREENCIAS Y COSTUMBRES
Para sus adoratorios se dirigían a las lagunas, allí encontraron el
centro de su credo. Al sonido de alegres músicas danzaban a sus orillas,
extendían los brazos, los levantaban, se postraban en devota actitud. Allí
ofrecían a sus deidades suntuosas ofrendas de esmeraldas, de objetos de oro y
de barro. Los momentos cumbres de su vida transcurrían ante ellas: el ruego por
la buena suerte de los recién nacidos, la entrada a la pubertad, los enlaces
matrimoniales. Un sacerdote o jaque, un cacique, antes de entrar en ejercicio
de sus funciones, debían purificarse en sus aguas y no faltaban las personas
que disponían como acto supremo que sus cuerpos, al morir, reposaran en el
fondo.
El culto de los
muertos tenía características especiales: si el hombre estaba formado de una
parte corruptible y otra inmortal, ésta emprendía un viaje larguísimo. De aquí
la costumbre de rodear los cadáveres de ollas con alimentos, de chicha, mantas
y objetos de oro según se desprende del hallazgo de tumbas o guacas, ricas o
pobres según las condiciones económicas del difunto. Dominaban el arte de
embalsamar hasta el punto de que hoy se conservan en museos, como el Nacional
de Bogotá, momias en impresionante estado de conservación. Conjuntamente con
los caciques eran sepultados sus esclavos preferidos y sus mujeres Los
sacerdotes o jeques eran llevados a lugares secretos que nadie podía revelar.
Al pie de la sepulturas se entonaban cánticos y se bebía chicha por espacio de
varios días.
El entierro del zipa colocado en un asiento forrado de oro adornado magníficamente, constituía un hecho soberbio.
La muerte era para los Chibchas pensamiento obsesionante y la simbolizaban en una figura que llevaba en las manos una red dispuesta a aprisionar a quien escogiese.
El código de Nemequene y las enseñanzas de Bochica y de Nemqueteba formaron a la comunidad y la condujeron conforme a altos principios. La familia estaba integrada por el padre, la madre y los hijos. El matrimonio se efectuaba por compra: el pretendiente ofrecía por su compañera un bulto de maíz, un venado u otras especies, según su condición. Entre los jefes existía la poligamia o unión con varias mujeres. Mientras el varón se dedicaba a la agricultura, la minería, la caza, la pesca, etc., la mujer preparaba los alimentos, tejía, cuidaba los niños, fabricaba la chicha.
Desde niños los Chibchas eran formados en la escuela del trabajo que los hacía físicamente fuertes, hábiles para los menesteres de la agricultura, la caza, la minería y la guerra. No asistían a centros especiales sino que todo lo aprendían al lado de los adultos.
El entierro del zipa colocado en un asiento forrado de oro adornado magníficamente, constituía un hecho soberbio.
La muerte era para los Chibchas pensamiento obsesionante y la simbolizaban en una figura que llevaba en las manos una red dispuesta a aprisionar a quien escogiese.
El código de Nemequene y las enseñanzas de Bochica y de Nemqueteba formaron a la comunidad y la condujeron conforme a altos principios. La familia estaba integrada por el padre, la madre y los hijos. El matrimonio se efectuaba por compra: el pretendiente ofrecía por su compañera un bulto de maíz, un venado u otras especies, según su condición. Entre los jefes existía la poligamia o unión con varias mujeres. Mientras el varón se dedicaba a la agricultura, la minería, la caza, la pesca, etc., la mujer preparaba los alimentos, tejía, cuidaba los niños, fabricaba la chicha.
Desde niños los Chibchas eran formados en la escuela del trabajo que los hacía físicamente fuertes, hábiles para los menesteres de la agricultura, la caza, la minería y la guerra. No asistían a centros especiales sino que todo lo aprendían al lado de los adultos.
1. TEMPLOS
No tuvieron los
Chibchas una noción monumental, sólida, de la arquitectura.Figura como
excepción el templo de Sugamuxi, del cual los cronistas ponderan la elegancia
del conjunto, la distribución y el lujo. Los palacios eran de numerosos
aposentos, de amplios patios y cercados de gruesos maderos. Solían pintarse de
rojo y adornarse con deslumbrantes láminas de oro. Los señores que los habitaban
hacían gala de un lujo increíble y acumulaban tesoros cuantiosos. En las
fiestas lucían zarcillos, brazaletes, gargantillas, cascos, pecheras,
cinturones, mantos, cetros, coronas empedradas de esmeraldas.
1.FIESTAS
Los Chibchas fueron
esencialmente personas religiosas, es lógico deducir que las festividades y
peregrinaciones fuesen muy frecuentes y aparatosas. El sol y la luna eran
protectores de la agricultura, actividad básica y a ellos estaban destinados
los ritos más solemnes y los tributos máximos. En su calidad de politeístas
(creyentes en numerosos dioses), contaron con uno para cada quehacer: dios de
los orfebres, de los comerciantes, de los tejedores, de los cortadores de
madera, de la embriaguez, de los hombres corredores, de las siembras y las
cosechas, etc.
Las ceremonias revestían a veces caracteres de inaudita crueldad: criaban jóvenes llamadas mojas para sacrificarlas en honor al sol y embadurnar las piedras con su sangre para que el homenajeado la bebiera. Otra ceremonia cruel fue las niñas trituradas por los pilares de las casas de los señores principales.
Las festividades profanas consistían en danzas acompañadas de cantos, música y abundantes libaciones de chicha. El deporte favorito fue sin duda el de las carreras de competencia.
Las ceremonias revestían a veces caracteres de inaudita crueldad: criaban jóvenes llamadas mojas para sacrificarlas en honor al sol y embadurnar las piedras con su sangre para que el homenajeado la bebiera. Otra ceremonia cruel fue las niñas trituradas por los pilares de las casas de los señores principales.
Las festividades profanas consistían en danzas acompañadas de cantos, música y abundantes libaciones de chicha. El deporte favorito fue sin duda el de las carreras de competencia.
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